La pandemia del COVID-19 ha supuesto el derrumbe del esquema mental que teníamos como sociedad. Nunca hubiéramos pensado que nuestra Sociedad Occidental, tan potente, tan competitiva, tan desarrollada, el primer mundo; iba a tambalearse de la forma que se está tambaleando por el azote de un microorganismo de 5 micras del tamaño.
Las prioridades; lo que creíamos que era lo importante, por lo que luchábamos y nos esforzábamos día a día ha cambiado. Esta grave situación nos ha hecho darnos cuenta de lo que realmente es importante: las pequeñas cosas del día a día, el poder salir con libertad, estar con compañeros y amigos, abrazar a nuestra familia. Pero sobre todo nos ha instalado en una sensación de vulnerabilidad nunca antes conocida, hemos comprendido la fragilidad del ser humano.