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"Cartas de ida y vuelta", por Nicolás Puerto Barrios

Con motivo de la celebración del Día de la Hispanidad o Día de la Fiesta Nacional de España, y de la conmemoración del encuentro entre nuestras dos civilizaciones de España y América, compartimos esta artículo del compañero Nicolás Puerto Barrios. Una breve historia de los correos marítimos en España. 

La búsqueda marítima de las Indias Orientales por los españoles en el siglo XV, supuso el inicio de una aventura que superó el alcance del interés comercial, o el de la mera conquista de pequeños territorios como las Antillas. Se tuvo conciencia de la existencia de un nuevo territorio (Nuevo Mundo) al irse percibiendo la gran extensión de lo que vino en llamarse la Tierra Firme y el descubrimiento del Océano Pacifico. De ahí, que desde la metrópolis se pasara de la creación de la Casa de Contratación de Sevilla en 1503, al Real Consejo de Indias en 1524 con miras a un asentamiento definitivo.

Fueron cartas y más cartas, encaminadas a través de la Flota de los Galeones y los Navíos de Aviso, las que fueron dando cuerpo a una estructura política y administrativa en los territorios conquistados en el Nuevo Mundo, durante el periodo que va desde los inicios del siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII. De acuerdo con el reconocido principio del derecho romano, (según la profesora de la Universidad de Sevilla Carmen Mena García)(1):»quod non est in acta, non est in mundo», lo que venía a reconocer que todo aquello que no estaba recogido por escrito no existía ni tenía valor legal.

Después de la Creación del Correo Mayor de Indias, por el rey Fernando el Católico en 1514 (2), que recayó en Lorenzo Galídez de Carvajal y sus descendientes, mediante Cedulas Reales, Ordenes, Nombramientos, etc... por medio de la configuración política: Vireyes, Audiencias, Oidores, Corregidores, y Cabildos, y junto a ello, disposiciones como las Encomiendas, consiguieron implementar un buen servicio regular bidireccional de la correspondencia postal con las tierras descubiertas. Principalmente de la metrópolis hacia los territorios conquistados.

Aunque solo en el del Virreinato del Perú funcionó con cierta calidad el servicio otorgado a los Correos Mayores. No así, en el de la Nueva España, que aunque si existieron los Correos Mayores, se valieron de vías particulares, previo pago de un avalúo, (lo que denominamos hoy día « privatización » de Servicios Públicos, tuvieron que ser supervisados por el poder político. Por otra parte, estos Correos en el Virreinato de Nueva Granada, se apoyaron en la estructura político-administrativa, pretendiendo dar seguridad a los envíos, como una función más de su cometido. También estaban autorizados los «caciques » indígenas de confianza, en caso de la no existencia o ausencia de los funcionarios de la administración, para su custodia y distribución. Aunque en esta última tarea hubo discrepancias, quejas y reclamaciones, ya que por ejemplo, las de los Chasquis (indígenas peruanos preparados para aguantar corriendo grandes distancias), (3) que además de pagar impuestos en el territorio donde residían, no se les pagaban emolumentos algunos por su transporte y entrega a los destinatarios de la correspondencia. Estos abusos fueron reconocidos, tanto por el Real y Supremo Consejo de Indias como por los cargos públicos dependientes de los Virreyes .

Algunos remitentes, conocedores de todas estas circunstancias, sobre todo en la correspondencia de vuelta hacia la península, por seguridad, encaminaban sus cartas por distintas vías simultáneamente y ejemplares repetidos, lo que llamaríamos hoy día, en la Sociedad de la Información y la Telecomunicaciones, redundancia de los mensajes. 

Se solían emplear, para transportar la correspondencia hasta las Indias, a los Navíos de Aviso, que eran embarcaciones más pequeñas que iban adelantados varios días a la  cabeza de una expedición de galeones. Notificaban a los puntos de destino que la flota estaba en camino, para que estuvieran preparados. Estos barcos no podían transportar mercancías siendo revisados por funcionarios de la Casa de Contratación de Sevilla, que anotaban  detalladamente toda la carga; llevando un  registro minucioso  del contenido de los fardos y hasta nombre y procedencia de los pasajeros. El inconveniente era que los pequeños navíos de Aviso no tenían capacidad para soportar todo el transporte de información que se pretendía intercambiar entre las dos orillas del Océano,  y que al no acompañar a la flota, eran muy vulnerables al ataque y desvalijo por parte de los piratas.

Los contenidos de los fardos y legajos postales eran principalmente Cédulas Reales, Ordenes, Nombramientos, Actas Notariales o cartas particulares. Si bien para los investigadores-historiadores, existe una mayor extensa documentación sobre la correspondencia pública que previamente se registraba y estaba depositada en los archivos públicos de la metrópolis y de las tierras conquistadas, todavía solo hay editadas una ínfima parte de las existentes. Así mismo, ocurre con la que fue depositada en las Reales Audiencias, que trataban de notarías de herencias y litigios de propiedad u otros.  No es así en cuanto a las cartas privadas, de las cuales no existen tales depósitos salvo las correspondientes a algunas  familias nobles.

Finalmente hay que señalar que los estudiosos pueden recurrir también  a archivos de los tribunales eclesiásticos y de la Inquisición. Aun así, con esas dificultades, se han podido rescatar cartas referidas a conflictos matrimoniales cuyas querellas jurídicas obligaban a su conservación, (4)  Por otra parte, las Leyes de Indias  obligaban a los hombres casados a regresar después de unos años en las Indias, o a intentar contactar con sus respectivas esposas para que se fueran a vivir con ellos; lo que algunas mujeres desistían o no se daban por enteradas de las llamadas «cartas de reclamo». Pero eso sería tema para otro relato.

 

(1) Carmen Mena García, «Más allá de la historia oficial. Escritura doméstica y claves secretas en las cartas de los conquistadores del Nuevo Mundo»,Caravelle, 101|2013.

(2) Véase mi libro “Breve Historia de los Correos Marítimos en España”; publicado por capítulos en la Revista ANTENA de Telecomunicaciones y recogido en la Plataforma DIALNET de la Universidad de la Rioja. Citado en la Revista n.º 23 de Cuadernos de Filatelia.

(3) Teniendo que hacer largos recorridos por pedregosos y escarpados caminos. Téngase en cuenta que las vias de comunicación no comenzaron a afianzar su firme hasta mediados del siglo XVIII.

(4)”Cartas privadas de emigrantes a Indias”. Internet Varios  autores.

 

Nicolás Puerto Barrios

Ingeniero Técnico de Telecomunicaciones.

Ha sido Jefe Provincial de Comunicaciones de Correos y Telégrafos de Córdoba y Jefe Provincial de Telecomunicaciones de Córdoba. Primer Premio Nacional de Prensa en 1983 Convocado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones a instancia de la ONU.